jueves, 20 de noviembre de 2008

Pedagogía y antipedagogía

Hablábamos en la última entrada de las carencias lingüísticas los alumnos. Se suele responsabilizar de estas deficiencias a la revolución pedagógica que supuso la LOGSE. Desde entonces, dicen sus detractores, quedó en entredicho una educación basada en el esfuerzo, la memoria, la disciplina, la jerarquía..., es decir, la llamada educación tradicional. Todo ello vino adobado por la jerga de los pedagogos, que muy pronto se adueñó de los planes de enseñanza con expresiones tristemente célebres: "diseño curricular", "aprendizaje significativo y funcional", "contenidos procedimentales", transversalidad, etcétera.
Pues bien, según un grupo de educadores, resulta que todo esto no es verdad: ni todo va a peor ni la culpa de la decadencia de la enseñanza la tiene la LOGSE o la nueva pedagogía, porque en realidad esta nunca se ha llegado a aplicar; vamos, que seguimos encastillados en la vieja metodología de la clase magistral. Para ser justos, incluimos junto a la versión de Agamenón la de su porquero, es decir, que junto al manifiesto pedagógico ofrecemos el panfleto antipedagógico de Ricardo Moreno Castillo. Así dejamos en manos del lector el veredicto de la verdad. 

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