lunes, 2 de febrero de 2009

¿Son homófonas la b y la v?



Esta fue la pregunta que surgió el otro día en la sala de profesores. O por decirlo de otra manera: ¿corresponden las dos letras, la "b" y la "v", a un solo fonema? Sorprendentemente, o quizás no tanto como veremos, algunos pensaban que la "v" representaba un fonema distinto a la "b"; vamos, que se pronunciaban de manera diferente. La "v", venían a decir, es un sonido labiodental, mientras que la "b" es bilabial. Lo curioso es que justificaban su afirmación con la autoridad de los antiguos profesores, quienes leían los dictados marcando la "v" como labiodental. Una encuesta posterior a personas cercanas confirmaba lo extendida que estaba esta idea. ¿Qué historia había detrás de todo esto? Pues ni más ni menos que la historia de la letra "v".
Antes que nada hay que precisar que en el español las dos letras responden a un solo fonema y, por tanto, deben pronunciarse de la misma manera. La historia de este malentendido se remonta al Renacimiento, en concreto a los gramáticos puristas que defendían una pronunciación del castellano cercana al latín, idioma que sí pronunciaba la "v" como labiodental. Hasta tal punto fue influyente esta postura que la Academia defendió dicha pronunciación durante siglo y medio (1754-1911). 
Pero no todo acaba aquí, porque también es posible entender esta pronunciación por influencia de la "v" francesa, portuguesa y catalana. De manera que los hablantes de estas zonas son proclives a pronunciar la "v" española como labiodental. En fin, podríamos entrar en más detalles, pero como no queremos aburrir a los posibles lectores de este blog, recomendamos a los interesados que se lean la Historia de las letras de Gregorio Salvador y Juan R. Lodares. El libro es una maravilla por la capacidad de conjugar divulgación y amenidad. Además, acaba de ser reeditado por Espasa Calpe.

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